Estuvimos a punto de entrar en la final y no pudo ser y fuimos para casa un poco, ya sabes, de aquella manera… pero estallamos de ilusión cuando nos avisaron desde la organización que debíamos estar presentes en la entrega de premio.
Esas llamadas te devuelven a la alegría.
Y nos fuimos con toda la familia… bueno como siempre hacemos, al Kursaal a disfrutar con nuestros compañeros de concurso y amigos, sabiendo que un premio estaba reservado para nosotros.
Cuando lo anunciaron en la ceremonia, la verdad es que desborda tu ilusión porque nos llevamos el Premio Imagen de un Campeonato, un premio que ya habíamos ganado con nuestro “Aitona” y que renovábamos ahora con “Lorea”.
Es un premio especial porque el primer sentido a la hora de comer es la vista y, por otra parte, es uno de los aspectos más complicados cuando ya tienes el pintxo diseñado en sabores. Darle esa forma final suele ser un dolor de cabeza.
Así es que con alguna lágrima que otra nos subimos al escenario con Lorea, nuestra peque, para recibir el premio por “Lorea” nuestro pintxos.
Felices, muy felices porque tener el reconocimiento de jurados profesionales de primer nivel como los que tiene el Campeonato, nos anima a seguir y a pensar en el futuro con optimismo, con trabajo con mucho trabajo pero con absoluta fe en que lo que hacemos va por el buen camino.
Y además de estas alegrías expresadas, sí queremos mandar un saludo súper cariñoso a todos los cocineros que hacen posible que haya eventos como estos, para que nos encontremos cada año en la tensión de la competición, en las pequeñas decepciones y en las alegrías de los premios… y sobre todo para que sigamos haciendo entre todos más grande la familia del PINTXO.